lunes, 30 de junio de 2014

Como un Fénix en la Ducha

Extraído de un cuaderno que creía haber perdido, de hace un año o así. Qué me gusta rescatar textos con sabor añejo.

Ni renace ni muere, como un fénix en la ducha, por supuesto de agua fría, sino a ver quién le baja los calores de ego subido. La humedad se pega a su cuerpo, bien pudiera ser el vaho de un dios escondido. En la jungla hace frío y el desierto pide un minuto de silencio, que se le ha muerto el pecho en un monzón imaginario, en una polinización accidental nacida de un mal sueño con la vecina del cuarto. Le gusta cada gesto de desprecio, cuando se recoge el pelo y se lo deja suelto, las miradas cómplices en el espejo del lavabo, lavándose los dientes que nunca saben a cepillo usado. No le dice "te quiero", le llora un "te amo" que suena bastante ajado, vuelta la vista a los ojos de otros. Suena el timbre, no tiene un poco de sal, quiere endulzarle la vida con un cenicero lleno de pajaritas mal dobladas, aún a medio quemar, como todas las cosas.

De aquel humo estos fuegos. A la mierda. Le sabe la sangre a plomo y el esternón a plastidecor. Ningún otro tiene tantos colores como sus calzoncillos, hartos de remendarse en polvos de cuatro euros. La cerveza del chino, el costo pakistaní, el cuaderno con la DO de sus cojones y el boli no existe, son sólo sus labios. Dos letras de forja, el otro tercio de conglomerado y lo que queda qué importa. A fin de cuentas él no es más que las cenizas de un incendio congelado. Cuando era bien pequeño le cortaron el cable rojo, que era el de estallar, y no estalló. O está desactivado por el paso de los daños o se le olvidó funcionar como lo recordaba antes del ocaso. Quiere que no le hagan ni puto caso pero no sabe quitarse de encima cada sueño raro, cada despertar aislado, allí entre sus brazos, donde nadie mira cómo se hace pedazos y rebusca en los cajones de la ropa que le han dicho que no abra.

Es un fan de lo prohibido, un gigoló barato de pasiones sin dueño, con voz y voto de tejado roto. Que le jodan, yo a este tío lo mato.