
martes, 30 de diciembre de 2008
Cállate

lunes, 29 de diciembre de 2008
miércoles, 24 de diciembre de 2008
Navidad
domingo, 21 de diciembre de 2008
Óptica

¿Por qué cuando todo brilla siempre algo lo oculta? ¿Por qué cuando todo parece tan real siempre hay un pellizco que nos hace despertar? ¿Siempre se pincha la burbuja? ¿De la chistera sale siempre la paloma? ¿El calor de ese abrazo es algo más que el mero contacto? ¿Cuánto y qué podemos ver? ¿Vemos lo mismo?
Supongo que la mayoría de preguntas que pudiera plantear no tendrían respuesta, al menos no una que nos complaciera a más de quince personas, es ahí donde actúa la óptica propia de cada uno, no ya sólo la óptica que atañe a la vista, si no también la óptica mental. Esto no es más que un preámbulo a las entrañas de mis nervios ópticos.
Me atrevo a comparar lo que mi cerebro recibe de mis ojos con el cuadro de ahí arriba, lleno de mierda, una mirada triste, cansada, envejecida, de cejas alzadas ante el asombro de tantas y tantas cosas... Y sin embargo, al igual que se conserva el cuadro, yo sigo conservando una esperanza quizás vana de que el mundo rote mejor. Y es que, asumásmolo, el ser humano es un cabronazo hasta con los de su propia especie y que tire la primera piedra el primero que no lo haya sido alguna vez en la vida. Pero de repente se ven cosas maravillosas que hacen que las pupilas se dilaten en un intento de absorber esa imagen más aún, de introducirla a través del globo ocular y hacerla llegar al cerebro a través de tuberías de nervios, a veces creo que sólo esas cerillas iluminan un pozo que muy pocos vemos.
martes, 16 de diciembre de 2008
Mentiras
jueves, 11 de diciembre de 2008
Rumores

Se rumorea que un murmullo susurró al oído de un hombre palabras necias de amor, de ese inútil, banal, adolescente, de ese del ir del flor en flor libando impíos e inmaduros néctares, de ese del que no saben ni las musas ni sus madres, de ese plagado de grandes tragedias griegas, de ese por el que más lágrimas habrá aunque menos se merezca. Sin embargo el hombre hizo caso omiso y encontró algo que, siendo ateo como era, jamás pensó que Dios pondría a su alcance, un ángel. Entonces los versos se acobardaron, no se atrevieron a salir de su boca como había pasado ante el espejo y la prosa le sabía a poco para un ser celestial que se hallaba en la Tierra, así que este hombre tembló, tembló como nunca antes, aquella divinad se enojó y se decepcionó, aquel no podía ser el hombre que andaba buscando, el suyo era mucho más resuelto, más deshinibido, aquel que buscaba parecía hablar desde el alma, en una poesía constante sin rima que fluía gracias a ella, aunque ella no fuera consciente. No obstante como ángel que era, fue misericordiosa e intentó que el hombre se relajara, aguantó y esperó hasta el momento adecuado.
Se rumorea que ese hombre buscó al murmullo y le susurró al oído palabras que no pudo comprender y es que este amor es incomprensible para quien ama neciamente.
miércoles, 10 de diciembre de 2008
Hoy no
Todo había ardido, las cenizas habían volado, no quedaba nada ya del baile arcano y pagano de aquellas musas que, por esa noche, se encarnaron en voluptuosas féminas con prendas vaporosas, terrenales pero fugaces como la vida que se escapa en suspiros de un sin aliento.
¿Quizás miedo? Quizás miedo.
Pensó por un segundo que se alzaría con la victoria tras asegurar la retaguardia, pero la estocada final le llegó bien por delante, su propio hijo le apuñalaba a bocajarro, abrazándole en una presa sin fin, en una danza inamovible que Cronos ha guardado entre sus crónicas.
¿Será tristeza? Será tristeza.
Si quieres pensar que algún día bajará desde allí arriba montado en un carro de fuego, adelante, pero luego no te quejes cuando te llamen necio y te acusen de inmaduro. Es cuestión de adaptación, sería bonito creer en algo, pero eso no está hecho para mí.
¿Hay dolor? Hay dolor.
No sé qué decirte, llevo ya bastante tiempo sin escribir, empiezo a creer que he ofendido a alguna musa. Sí, también llevo bastante tiempo sin sentir el calor de una mujer, pero seguro que el amor llegará maduro como fruta de estío, más vale esperar. Voy a sangrar escrituras.
¿Hay dolor? Hay dolor. ¿Será tristeza? Será tristeza. ¿Quizás miedo? Quizás miedo. ¿Cuándo pasará? Cuando le corresponda, pero hoy no.
martes, 2 de diciembre de 2008
Diosa de infancia
Blossom, muchos te amamos alguna vez y muchos, los más fieles, guardamos el recuerdo de ese amor. Por la gloria que te mereces: ¡VIVA BLOSSOM!
P.D.: Una imagen vale más que mil palabras, niños no miréis esta foto, pero para blossommaníacos es necesario ponerla.

viernes, 28 de noviembre de 2008
La revelación


martes, 25 de noviembre de 2008
Hasta la polla

Y otra de humildad y de saber estar y comportarse.
Que conste que esta entrada no va por nada ni nadie en concreto, un tironcillo de orejas para todos (me incluyo).
miércoles, 19 de noviembre de 2008
Gradación y escala
Volar. Remar. Veleta. Cabrón. Santo. Negar. Afirmar.
Vómito. Ratón. Violeta. Cyan. Sepia. Nieve. Átomo.
Abuelo. Barbudo. Cano. Delicado. Erudito. Frágil. Guasón. Histriónico. Interesante. Jerezano. Kiosquero. Leído. Maduro. Narigudo. Ñoño. Obsoleto. Paternal. Querido. Risueño. Solitario. Temeroso. Utópico. Valiente. Wagneriano. Xilofónico. Yayo.
1. 2. 4. 5. 6. 7. 8. 9.
+. -. x. /.

The Tool Complex

Podemos mostrar una idea general, la sensación de ser una herramienta para los demás, es decir, aparecer en el momento clave en el que necesitan una herramienta del tipo que sea que resultas ser tú y que una vez resuelto el problema es desechada o guardada sin más importancia para usos posteriores. No obstante esto que a priori puede parecer sencillo, a posteriori se torna enrevesado y complicado pues todos somos instrumentos, herramientas e interactuamos con un entorno de herramientas, todos somos medios y no fines. Ahora bien, la palabra complejo aporta el toque negativo al asunto, pues a pesar de que todos somos herramientas, a algunos puede molestarnos el hecho de ser desechados sin recibir ni la más mínima indemnización, es de bien nacidos ser agradecidos y la mayoría actuamos sin esperar recibir nada a cambio, pero las patadas duelen, amigos y eso puede llegar a ser un auténtico quebradero de cabeza. A todos nos han arreglado la vida alguna vez, la diferencia está en cuantos hemos agradecido o devuelto ese favor y cuantos simplemente hemos desechado la herramienta o la hemos guardado por si volviera a hacer falta sin preocuparnos de ser herramienta para esa herramienta, porque de hecho hay veces que no basta un único utensilio, martillo y cincel, taladro y broca, destornillador y tornillo y así una larga enumeración. Es nuestro deber como herramientas asumir la tarea de serlo para nuestras herramientas también y el hecho de que seremos desechados alguna vez. Pero esperemos ser herramientas verdes, verdes por la esperanza de que algún día no nos guarden en un cajón oscuro sin más herramientas, esperanza por igualdad y porque las deudas de estos calibres sea cierto eso de que se saldan solas. Y hasta aquí mi particular visión de The Tool Complex o El Complejo de Herramienta, surgido de reflexiones de esta índole filosófica sobre medios y fines y que de verdad a veces lleva a quebraderos de cabeza horribles, no viváis pensando que os desecharán, vivid pensando en el tiempo que fuistéis útiles.
martes, 11 de noviembre de 2008
RUTINAS
- Hola cariño, ya estoy aquí. He tardado un poco más, pero ya sabes cómo se pone Pedro con eso de que venga a verte.
- No te preocupes, sabes de sobra que no voy a moverme de aquí. Jajaja.
- Y tú sabes de sobra que no ha tenido gracia.
- No hay que perder nunca el sentido del humor.
- Bueno, vamos a dejarnos de historias. Cuéntame, ¿cómo es aquello?
- Se está muy bien aquí, aunque como es lógico te echo muchísimo de menos, añoro esas noches de estío en las que salíamos a fumar al tejado como dos colegiales y nos quedábamos mirando la Luna embelesados, yo la veía en tus ojos y tú en los míos, a mí me entraba frío y me perdía entre tus brazos, buscando una madriguera en tu pecho que siempre tenía un hueco mullido para mí, nos arropábamos con una colcha hecha de estrellas y aguantábamos allí arriba como el violinista hasta que el sueño nos vencía y entonces me cogías como a las novias de las pelis y me llevabas hasta la cama, entrábamos en calor mediante la estufa de nuestros labios, nuestras manos hacían de abrigos y luego la pasión nos despertaba y corría de una entrepierna a otra. Finalmente, exhaustos y extasiados nos entregábamos a Morfeo. Recuerdo también cuando me leías los poemas que escribías para mí, me hacías sentir una auténtica musa con aquel ritual, me daban ganas de bailar alrededor de una hoguera imaginaria en una especie de trance inducido por tus versos. También me faltan los desayunos que me traías a la cama los domingos por la mañana, me faltan las guerras de almohadas, los tangos de los viernes al llegar a casa, las cenas románticas, los viajes que hicimos, las cartas de cuando aún siendo unos críos empezamos a salir, las fotos, los peluches, los planes de futuro, tus caras cuando mi madre venía a vernos, tus afeitados malos porque llegabas tarde al trabajo, tus besos de despedida, nuestros amigos, el lunar de tu espalda, tu olor, en fin, tantas y tantas cosas que por cotidianas pasan desapercibidas pero que en la distancia cobran una importancia vital. ¿Sabes algo curioso? Echo de menos las rutinas y mira que siempre las he odiado, pues bien, cuando se tiene tanto tiempo libre una no sabe qué hacer. Ni te imaginas cuánto me gustaría estar allí contigo. Aunque cuando vengas a verme te darás cuenta de que esto no está tan mal como siempre hemos pensado, pero seguro que con tu compañía mejora. Mi vida, sigo sintiendo...
- Vámonos Manuel, deja de torturarte. Y hoy duermes en mi casa, ¿eh?
Con estas palabras Pedro alejó a Manuel del féretro donde la mujer de este último yacía, Manuel se secó las lágrimas y como último gesto le dijo a Alba que el también seguía amándola y lanzó un beso al aire, esperando que su mujer pudiera encontrarlo allá donde quiera que estuviese.
Para Sarajá
lunes, 3 de noviembre de 2008
William Caxton

Primeros años, como comerciante
La fecha exacta de su nacimiento se desconoce. Se sabe que Caxton nació en la campiña de Kent entre 1415 y 1422, y fue a Londres a trabajar. En 1438 se le ubica como aprendiz de comerciante de telas, en el taller de Robert Large, quien sería alcalde de Londres al año siguiente. Large murió en 1441, y en 1446 Caxton se marchó a Brujas, centro principal del comercio europeo de textiles. En ese entonces, la ciudad de Brujas estaba gobernada por la casa de Borgoña. En Brujas, Caxton progresó en el comercio textil y destacó entre sus compatriotas afincados en el continente. Obtuvo en 1463 el cargo de ''Gobernador del gremio inglés de comerciantes pacotilleros''. La ''pacotilla'' son los bienes que los marineros podían embarcar por su cuenta, sin tener que pagar flete por ello. En los Países Bajos. Hacia 1470, Caxton se encuentra al servicio de Margarita de York, duquesa de Borgoña y hermana del rey de Inglaterra Eduardo IV. Es probable que Caxton fuera el asesor financiero de la duquesa.
Como impresor
Caxton comenzó a interesarse en la literatura a finales de la década de 1460. En marzo de 1469, Caxton comenzó a traducir el libro Recuyell of the Historyes of Troye, de Raoul Le Fèvre. Caxton abandonó la tarea, desanimado por su pobre dominio del francés; pero la reanudó a petición de la duquesa Margarita, y terminó la traducción en 1471.
En Brujas
Caxton cambió de residencia varias veces entre Flandes, los Países Bajos y Alemania. Cuando residía en Colonia, entre 1470 y 1472, Caxton entró en contacto con la naciente industria de la impresión, y aprendió el arte de imprimir. Según el propio Caxton, se decidió por aprender a imprimir para evitar el cansancio que sufrían sus ojos y su mano con el arduo trabajo de la traducción.
Inmediatamente compró una imprenta con dos juegos de tipos móviles y en 1474 volvió a Brujas a establecer un taller de impresión. Allí, se asoció con Colard Mansion, un afamado copista e ilustrador de códices. El primer libro impreso por Caxton, al año siguiente, fue la traducción que él mismo realizó, del libro Recuyell of the Historyes of Troye. En la misma ciudad, Caxton publicó otros cinco libros, incluyendo la misma obra de Le Fèvre en francés. De los cinco, solamente uno de ellos era en inglés, The game and playe of the chesse, publicado el 31 de marzo de 1475. Este libro era una traducción de dos versiones francesas de De ludo scaccorum, obra del dominico Jacobo de Cessolis, de alrededor del año 1300.
En Londres
Al regresar a su país en 1476, Caxton estableció una imprenta en los terrenos de la Abadía de Westminster. A partir de entonces, su única ocupación fue el imprimir y editar libros, muchas veces escribiendo los prólogos o epílogos de los mismos. Su primera impresión en Inglaterra fue, aparentemente, una Indulgencia otorgada por el abad de Abingdon.
La impresión está fechada el 13 de diciembre de 1476. Al año siguiente, Caxton publicó Dictes or Sayengis of the Philosophres (Dichos de los filósofos, el 18 de noviembre), escrito por el cuñado del rey, Anthony Woodville, Conde de Rivers; quien había hecho la traducción del francés de Guilliaugme de Tignonville. Los Dichos de los filósofos pasaron por ser el primer documento impreso por Caxton en Inglaterra, hasta el descubrimiento de la Indulgencia de 1476. Ese mismo año, Caxton imprimió también una traducción del francés Histoire de Jason, de Raoul Le Fèvre.
La primera edición de Caxton de Los cuentos de Canterbury, apareció en 1478. La edición representaba el trabajo más extenso de Caxton hasta el momento, pues constaba de 374 folios. Cinco años más tarde, reeditaría la obra, añadiéndole más de veinte xilografías y con un texto revisado. Aún en 1478, Caxton imprimió otra obra de Chaucer, la versión de este último de Deconsolatione philosophiae, de Boecio.
El libro más voluminoso que Caxton editó fue La leyenda dorada, en 1483. El libro, de 600.000 palabras y 448 folios impresos a doble columna; era una traducción que el propio Caxton hizo del texto de Jacobo de Vorágine. La traducción fue hecha a partir de una versión francesa de Jean de Vignay, y Caxton tomó la libertad de añadir las vidas de 25 santos que no estaban incluidas en dicha versión. La obra está generosamente ilustrada, 19 de sus xilografías ocupan una página entera.
La muerte de Arturo fue publicada por Caxton el último día de julio de 1485. El autor, Sir Thomas Malory, había muerto catorce años antes, y Caxton organizó la voluminosa obra de la manera que mejor le pareció, dividiéndola en 21 Libros y 507 capítulos. Además, Caxton hizo una revisión completa del texto, añadiendo rúbricas que describían la acción, al principio y final de cada capítulo.
En su imprenta, Caxton produjo romances caballerescos, trabajos de autores clásicos, e historias romanas e inglesas. Los libros que Caxton imprimía eran favorecidos por las clases altas del reino, por lo cual el apoyo financiero que Caxton recibía de la aristocracia y la nobleza era importante, aunque no era indispensable.
Caxton murió en 1492, un año después que su esposa Maude. Fue enterrado en St. Margaret, en Westminster. En 2002, la compañía mediática BBC lo incluyó en la lista de los 100 más grandes ciudadanos británicos de todos los tiempos.
Caxton y el idioma inglés
Cuatro quintas partes del material que Caxton imprimió, están en idioma inglés. Sin embargo, este idioma estaba en un proceso importante de transformación en la época de Caxton; y muchos de los textos que Caxton recibía para impresión, estaban escritos en una amplia variedad de estilos y dialectos. Como Caxton no era un escritor propiamente dicho, sino más bien un técnico, a menudo se enfrentó a dilemas de homogeneización del lenguaje en los libros que imprimió. El alsaciano Wynkyn de Worde, su sucesor en la imprenta, tuvo que enfrentar los mismos problemas.
Por el trabajo realizado con estos textos, se atribuye a William Caxton gran parte del crédito por haber estandarizado al idioma inglés; pues Caxton homogeneizó los textos que originalmente estaban escritos en los muchos dialectos regionales, y contribuyó a la expansión del vocabulario a través de la impresión. Caxton comparte este crédito con su colega contemporáneo Richard Pynson, quien era un estilista más completo y tuvo un mayor impacto en la homogeneización del lenguaje.
Gracias Will.
martes, 28 de octubre de 2008
MEME

Un número - 14

Una canción - Esto es muy complicado, pero habrá que poner alguna, así que Love me two times - The Doors
Una comida - Musaka

Un postre - Arroz con leche

Un lugar - Cualquiera con mi ángel, la India si he de ir sólo

Un libro - Esto también es muy difícil, pongo uno de la infancia, porque de los de ahora no soy capaz de decidirme por uno. Jim Botón y Lucas el Maquinista, de Michael Ende

Una película - Lo siento pero voy a poner dos. La noche del cazador

Y la vida de Brian

Un café - Cualquiera que me tome con un buen amigo

Un momento del día - Amanecer cuando estás por ahí

Proyectos inmediatos - Seguir aprendiendo de todo y de todos como hasta ahora

¿Te atreves a decir tu edad?

¿Eres feliz? Sí (toma sonrisa de oreja a oreja)

lunes, 27 de octubre de 2008
Muerte y abandono de los blogs
Blog Quentin (Sancho): Se ha reenganchado al fotolog, lo cual supone el abandono del blog. Es curioso como la mayoría de la gente aborrece el fotolog por las limitaciones que tiene (una foto diaria, límite de espacio y de comentarios) y acaban dejándolo pero todo el mundo siente la tentación de volver. En fin, Sancho, esperemos que redescubras el blog y nos deleites con tu arte.



Blog pacolete & company: Nunca fui muy asiduo, ya que es un blog de colegueo entre esa panda de gente y tal, no obstante, ha pasado cerca de dos meses en barbecho y eso tampoco está bien. Tienen la suerte de ser muchos en el blog, con lo que seguro que siempre hay alguien para reaportar.







Blog mine: Tuviste un parón de la ostia, pasaste de unas 14 entradas en Febrero a una o dos por mes, pero Septiembre y Octubre te han revitalizado el blog. Hurra por esto.



Blog de mi hermano: En tus tiempos más prósperos hemos gozado una media de unas 5 entradas mensuales, un ritmo nada despreciable la verdad, luego entre pitos y flautas ha caído a unas 2 entradas mensuales. A ver si sacas algo de tiempo para subir esa media y deleitarnos con descubrimientos y críticas musicales, recuerdos de vuestra infancia y análisis de pelis de cine bajuno. Un abrazo.

Y hasta aquí mi resumen de la situación bloggeril actual, no sé cómo lo véis vosotros pero yo creo que necesita un impulsete. Espero haberos metido el gusanillo y que actualicéis más a menudo. Un saludo a todos.
domingo, 26 de octubre de 2008
Divagar II
Muchas veces el trabajo será en vano, pero las recompensas si se logra ejecutar bien el ejercicio de dibujo técnico planteado son enormes, claro, como todo, es cuestión de adquirir cierta destreza y evidentemente hay que equivocarse, parafraseando al gran Groucho Marx: "Me gustan mis errores, no quiero renunciar a la deliciosa sensación de equivocarme", pues eso, hay que hacer mil intentos, para fallar 999 y a partir del 1000 ya todo irá rodado.
Hay cierta frase que todo el mundo odia y desacata excepto los que comparten mi pesimismo y que llevo bastante tiempo diciendo y aplicando en mi pesimismo habitual, aunque nadie se lo crea y en general tiendan a verlo todo de rosa y con una óptica de graduación altamente positiva en un intento de insuflarnos algo de esa visión positiva de las cosas: "Un optimista es un pesimista con poca experiencia". Yo lo creo así firmemente, los que me conocéis sabéis de sobra que siempre he sido pesimista y el por qué, así que me ahorraré explicaciones.
Siempre caminamos solos, todos, pero solos. Por fortuna, cuando más se nubla todo parece que algo predispone que astros caigan a nuestros pies a aportarnos la luz que necesitamos para seguir avanzando por nuestro camino y ahí nos sentimos bien, con esa luz compañera, con suerte esa luz no se apaga nunca y puede espantar a la soledad de nuestros andares de un plumazo, aunque lo normal es que como toda estrella, tenga una duración limitada. Os deseo suerte en ese aspecto, porque otra cosa no se puede hacer, es un imposible.
Quizás alguien se pregunte el motivo de esta entrada, pues no sé, a veces hay que divagar. Un abrazo y gracias.
Let's fly...

lunes, 20 de octubre de 2008
CAMBIOS
-¡Cállate! No envenenes más al mundo con tu boca llena de insectos y basura, tu discurso de falacias se acabó, al menos para mí. Déjame en paz, tuviste muchas oportunidades de aclararlo todo, pero siempre te gustó el barro. ¡Cerda! Tu cerebro es una zarza, por eso de tus labios sólo sale cizaña, cicuta. ¡Puta! Nunca supiste nada, no quisiste ver ni oír ni callar, sólo escupir tu miserable veneno sobre todo lo que un día fue blanco y hoy es negro o sanguinolento, pudrir las flores recién cortadas, agasajando a la maldad con cada corazón roto y cada mentira, como si fueran ofrendas a un dios de lo oscuro, un dios que seguro se deleita con tus pechos y tu sucia y dilatada vagina.
Hizo una pausa, degustando los humores que se agitaban en su cuerpo, como una premonición de lo que iba a pasar, conocedor de que no ganaba nada con toda aquella furia contenida que estaba soltando, se sentía igual, sólo le quedaba la satisfacción de saber que las cosas estaban bien hechas, él nunca se guardó nada en el tintero, prefería no usar de eso, pues al derramarse éste, emborrona todo aquello que había ayudado a hacer, sin embargo ella se dedicaba a verter disolvente sobre todo, no ya emborronando, si no destruyendo y eso iba a hacer él ahora, destruir. Se movió veloz por la habitación, pensando en un tópico de este tipo de escenas, fue hacia una estantería y cogió un vinilo, lo puso en el tocadiscos y comenzó a sonar "Carmina Burana", como señal inequívoca de que la tragedia se avecinaba. Habló de nuevo:
-La música, mi compañera durante todo este tiempo ya que tú no lo fuiste, la música y el whisky, algo de tabaco también, pero mis pulmones estaban maltrechos. En fin, preciosa canción, tan hermosa como tú, la diferencia es que ella no miente y es armoniosa, nada cizañera. Bueno, vamos a acabar esto antes de que se termine la canción, para que el final sea épico, ya sabes que amo el cine.
Acabó de hablar y comenzó a parecer un hombre de nuevo, el hombre que siempre había sido, le quitó la mordaza, la besó como antaño y acto seguido se irguió de nuevo, empuñando su revólver con fuerza, apuntó con precisión y calma absolutas y disparó, el grito de ella se vio anegado por el estallido del disparo. Ahora lo que ardía era la sangre del hombre que yacía muerto en el suelo y lo que dolía era la conciencia de la joven.
sábado, 18 de octubre de 2008
Hedonismo
Hedonismo: doctrina filosófica basada en la búsqueda del placer y la supresión del dolor como objetivo o razón de ser de la vida. Las dos escuelas clásicas del hedonismo son la escuela cirenaica y los epicúreos ambas aproximadamente entre los siglos IV y III a.C.
Basicamente el hedonismo es cualquier doctrina moral que constituya al placer (hedoné en griego) como bien supremo de la vida humana, considerando que para el hombre todo es medio para el fin placer.
Evidentemente el placer no es igual para todos, así que creo conveniente nombrar y citar a Richard Brant, un filosofo moderno que prestó atención al hedonismo: "Algo es intrínsecamente deseable (indeseable) si y sólo si es placentero (no placentero)." Con lo que podríamos agrupar todo tipo de doctrinas hedonistas y todo tipo de personas. La propia ambigüedad del concepto obliga en parte a la "segregación", pero al fin y al cabo todos somos más bien hedonistas, siempre buscamos la comodidad y el placer de una forma u otra y normalmente lo hacemos de manera consciente.
Volviendo al campo histórico, hablemos un poco de ambas escuelas:
Las dos rechazaban la superstición y por tanto la religión y confiaban plenamente en la razón y la experiencia. Para ver las diferencias expondré un poco cada escuela.
La escuela cirenaica, fundada por Aristipo de Cirene, se aferraba a la afirmación socrática de que la felicidad es un fin de la acción moral y así Aristipo afirmaba que el placer es el bien supremo, sobreponía el corporal al mental y también prefería no esperar para una mayor gratificación si no obtener placer siempre que se pueda.
El epicureismo, identificaba al placer con la tranquilidad y enfatizaba la reduccion del deseo sobre la adquisicion inmediata del placer. Epicuro afirmaba que el placer es una vida sencilla compartida con amigos en discusiones filosoficas. Hacía hincapié en que no es bueno aceptar placeres que hagan arrepentirse y que es mejor esperar para gratificaciones plenas. En resumen, para Epicuro el placer es ausencia de dolor.
Para acabar y resumir en ideas generales y como no quiero extenderme más ya que el tema podría dar para horas y horas, el hedonismo no acepta el placer como un bien sino como el bien único y mayor, sostiene que el humano rige sus acciones y su comportamiento en busca del placer personal y creo que eso pasa bastante hoy en día.
martes, 14 de octubre de 2008
Dj Silverio
lunes, 13 de octubre de 2008
sábado, 11 de octubre de 2008
domingo, 5 de octubre de 2008
PÓKER
Me complace invitarle a la reunión de carácter festivo-social que tendrá lugar en la residencia veraniega del Sr. Worthington a las 20:00 horas de hoy. Le rogamos puntualidad y un atuendo adecuado a la altura del evento.
Le esperamos, gracias."
Una sensación extraña me invade cuando mis pupilas mandan el mensaje escrito en la pequeña tarjeta a mi cerebro, no se describirla. Evidentemente se quién es el "señor" Worthington, lo que me produce cierto desasosiego es que él sabe quién soy yo y donde me escondo. Mierda, uno ya no puede estar tranquilo en ningún sitio. Bueno, me quedan dos horas para prepararme. Enciendo un cigarro, su niebla me enturbiará ayudándome a sumergirme en mi enrevesada mente. No tengo un atuendo adecuado a la "altura" del evento, así que cojo mi mejor escopeta, una con cañones recortados, semiautomática y con adornos dorados. Comienzo a ponerme mi disfraz que me viste de bestia aislando muchos sentimientos humanos y potenciando nuestros instintos más animales. Por último la máscara, esa máscara maldita que me atrapa y me domina, que dicta sus órdenes directas a mi cráneo y de la no puedo escapar, mi simbiosis, mi alter ego.
Salgo por la puerta de atrás, comienzo a caminar por las calles oscuras, escondiéndome de la gente. Levanto la máscara lo justo para dejar mi boca al descubierto, como esperando un beso furtivo que llega en forma de boquilla, es un beso apasionado, pues el humo se introduce en mi boca y mi lengua juguetea con la suya. Es amargo el humo, lo escupo. Ya vislumbro a pocos metros la mansión de Worthington, hay cinco gorilones vestidos de pingüino apostados en la verja principal, comprobando la lista de invitados y asegurándose de que nadie incumple ninguna de las condiciones de la "fiesta". Yo tomaré una entrada más discreta. Rodeo la verja hasta la parte trasera de la mansión, hay otro portero esperando con un rifle. Una par de piedras me bastan para abrirle la cabeza y noquearle. Ahora tendré un autendo adecuado a la "altura" de la reunión. Me cambio y escondo mi traje de faena, luego vendré a por él. La máscara aguarda en mi bolsillo. Salto la verja y busco una ventana abierta por la que entrar, la encuentro, da a la cocina, afortunadamente puedo salir de allí sin que los cocineros me vean. Entro al salón, un salón enorme y versallesco, sobrecargado, las paredes están llenas de cuadros y espejos y del techo penden varias lámparas enormes que tienden sus adornos como arañas, quizás esperando apresar las miradas de la gente, con bastante éxito. Los espejos me devuelven el gesto de asombro, quizás asombrándose de verme allí.
Una bandeja aguanta temblorosa gran cantidad de copas llenas de cava, aligero su peso, el camarero lo agradece, mi garganta reseca también. Observo a los animales sociales que me rodean, aristocratas con más títulos que escrúpulos, intercambio miradas de falsa cortesía, saludos con gente a la que no conozco. Llego a mi destino, una mesa de póker en la que están aposentados los peces gordos de verdad, entre los que se encuentra, evidente y eminentemente, Worthington. Cojo asiento, en el póker sobran las presentaciones. Sólo Worthington se presenta, haciendo gala de su opulencia y de la gran mole de carne que representa. Comienza la partida, los naipes se agitan graciosos en las manos del crupier, luego vuelan hacia los jugadores, se arquean doloridos ante la mirada impasible de los ávidos tahúres que comprueban la calidad de su juego. Las apuestas se acumulan formando auténticas torres de babel construidas con fichas de colores. Mi juego es pésimo, pero Worthington ha hecho trampas y no soy el único en darse cuenta, comienza el espectáculo. Varios invitados sacan sus armas y todas apuntan a Worthington, todas se descargan sobre él, hijos de puta, me han quitado la satisfacción de matarle yo. Mi máscara dicta ahora sobre mi consciencia aniquilando cualquier sentimiento de culpa de la misma manera en que mi furia cabalga hasta los cañones ribeteados y recortados de la escopeta que empuño tiñiendo la estancia de un rojo rubí. Ahora me preocupan los guardaespaldas que sin duda estarán apuntándome, de hecho hay uno con el rifle en posición, pero una bala atraviesa el ventanal a mi espalda y luego su cabeza. Se desploma inerte. Con un ritmo pausado y constante mi ayudante misterioso sigue cubriéndome las espaldas mientras yo acabo con todas esas urracas repletas de oro. Acabada la matanza busco a mi guardaespaldas anónimo, pero todo lo que encuentro son zarpazos guiados por un ojo que me observa con una mira telescópica intentando matarme. Huyo...
viernes, 3 de octubre de 2008
Parece mentira que sea un anuncio
viernes, 26 de septiembre de 2008
VUELTA A CASA
Ya me advirtió mi hermano que yo era como una virginal colegiala y la verdad es que tenía razón, maldita empatía o interconexión, aunque me gusta sentir la furia que a mí me falta y supongo que a él le gustará mi imaginación risueña. También tiene un instinto paternal potenciado que yo tengo menos desarrollado.
Mierda, se me ha acabado el cigarro, todo vuelve a asaltarme salvajemente, vuelve el frío, vuelve a soplar el cierzo entre mis sueños, vuelve la cruel realidad a atarme con sus cadenas de acero, si estuvieras aquí me llevarías volando con tus alas, pero ahora nada ni nadie puede salvarme, estoy solo, solo pero feliz. Guardo una media sonrisa que no se ve y un ansia que nadie conoce.
Por fin llego a mi casa, al abrir la puerta el acogedor abrazo del calor del hogar me sorprende gratamente. Debo hacer poco ruido para no despertar al Sol que está apunto de amanecer. Más abrazos, la cama me envuelve en sus vestiduras como a un mesías y el edredón está dispuesto a morir de hipotermia por mí. Gracias. Dulces sueños.
jueves, 25 de septiembre de 2008
No me apetece escribir
miércoles, 24 de septiembre de 2008
Jinetes en la tormenta
sábado, 20 de septiembre de 2008
jueves, 18 de septiembre de 2008
INQUIETO
Admiro mi obra, queda un escenario perfecto, es una pena que la gente no sepa entenderme ni ver mi arte. Se me ha olvidado pagar el bourbon, además no es bueno enfadar a Caronte y hoy tendrá horas extras. Regreso hacia la barra para depositar mi tributo y aprovecho para retomar las dulzuras que el infierno tiene, agarro la botella de bourbon y comienzo a beber como si me faltara la sed. Los Ramones siguen trayendo un apocalipsis futurista que comienza a asustarme. ahora suena "Somebody put something in my drink" y desde luego alguien debe haber puesto algo en mi bebida, porque de repente entra un policía en esta morgue y mi única reacción es invitarle a un trago. Sorprendentemente lo acepta, conmocionado por mi obra de arte, parece que alguien la admira por fin, lástima que sea un agente de la ley y el orden, pienso mientras hundo mi puño en su nuca, matándolo o dejándolo inconsciente. Ahora sí huyo del infierno que se acrecienta a mi espalda.
La máscara me está asfixiando, me arrastro hasta un callejón y al quitarmela un mundo se me viene encima, un mundo de aire, fuego y dolor. Debo acostumbrarme a no ser yo...
martes, 16 de septiembre de 2008
domingo, 14 de septiembre de 2008
ÉVORA
Acto seguido saco un par de metralletas de mano de algún rincón entre los pliegues de mi falda y cumplo mi contrato. Las balas volaron silbando un requiém por el alma de aquellos pobres diablos que pronto iban a reunirse con su amo en el averno. Una vez decorada la pared con su sangre y tras pensar que debería ser interiorista, me agacho a registrar los cuerpos, siempre hay alguna paga extra, no obstante no es bueno enfadar a Caronte, así que dejo propina.
Me gusta relajarme después del trabajo y la verdad es que siempre he querido dar vueltas en un sillón de cuero grande y mullido de los que salen en los despachos de los jefes de empresa de las películas americanas. Así que aprovecho el momento y aparto cuidadosamente el cadáver de Jeff Miles, un asqueroso gordo calvo y pederasta dueño de la franquicia de High Corps. Él sí merecía su muerte, los demás simplemente iban en el lote. Acabo tirando el cadáver a mis pies y me siento en su sillón, todavía caliente, abro mi pitillera y saco uno de mis cartuchitos de la risa, lo enciendo y comienzo a fumar a la vez que voy dando vueltas sobre la silla con los pies por alto. De repente un ruido de cristales rotos me hace saltar cuerpo a tierra desde la silla. ¿Qué ha sido eso? Oigo un ruido metálico rodar por la estancia, me asomo desde el suelo, veo una granada de humo deshaciéndose, creo que le he robado el trabajo a alguien. Vuelvo a desenfundar mis queridas uzis y aguardo en mi trinchera de cadáveres y muebles caros. La primera oleada no se hace esperar, en cuestión de segundos se ven unas cuerdas a través de los cristales y antes de que uno pueda decir el color del edificio de enfrente, tres tipos con uniforme de faena, máscaras de gas y unos fusiles que parecen de película irrumpen en el despacho disparando sin ton ni son. Aficionados, primero rompen la ventana haciendo que el gas se disipe, las máscaras les cortan visión y además derrochan la munición sin apuntar. Aprovecho el ruido de sus tiros para volarles los genitales. Ahora están confusos y doloridos. Salgo de mi trinchera, les dedico un guiño infantil y disparo a sus máscaras. Mira por donde al menos me han proporcionado una salida alternativa y mucho más directa, adoro el rappel. Comienzo a bajar sintiendo el aire meciendo mi pelo. Recuerdo las brujas en sus aquelarres volando orgásmicas sobre sus escobas, me siento igual. LLego a tierra firme, tiro mi caña de hierba al suelo, cargo mis uzis y me voy a la oficina, hoy tengo horas extras.
sábado, 13 de septiembre de 2008
CARTA A UNA VIEJA CONOCIDA
Esta tarde los niños reían de mí, debo haberme convertido en el bufón triste que siempre añoraste, pues mi maquillaje se desvirtúa con cada lágrima y mi risa a muerto a tu servicio. Vomito en este papel todo lo que siempre quise que supieras y nunca me atreví a decirte. Tengo que abandonar mis vicios, empiezo a parecerme a los personajes de mis textos, tipos oscuros y tristes, asqueados por el mundo que les ha tocado vivir, sólo deseando que todo termine y viajar tranquilos, dejando una huella invisible pero extensa.
En esta pausa he derramado dos lágrimas egoístas, no he llorado por tu cercanía, ni por la lejanía de las diosas, he llorado por dejarme llevar por las musas y escribir esto, por no plantarle cara a mis fantasmas y por no arrinconar a mi miedo. ¡Qué coño! Voy a salir a comerme la vida, a buscar esa fémina en que materializar las musas positivas, a reír otra vez, a quitarme el disfraz que me viste de Otoño.
Esta madrugada no me esperes despierta, quiero retozar con los primeros rayos del sol, volar atado a sus brazos, beberme su cuerpo por el que caminarán mis manos. Los ángeles no tienen sexo, pues yo tengo uno y pienso encontrárselo, no me importa el tiempo que me lleve, se que no vas a moverte de ahí. Llego tarde a mi cita con el mundo.
Sólo una cosa más, no te la lleves antes que a mí.
Nos vemos dentro de unos años, tuyo por siempre...
viernes, 12 de septiembre de 2008
CAFÉ
Es lo primero que farfullo cuando siento que el sol golpea mi cara con violencia y me obliga a despertar de mi sueño. Hoy será un día tan malo como otro cualquiera. ¿Qué me turba? No lo sé, supongo que lo de siempre, todo y nada y ese miedo cabrón que se agazapa en mi pecho, dispuesto a hacerme estallar un día de estos. Me levanto de mi tumba diaria, me desperezo, preparando la maquinaria de mi cuerpo para otra dura rutina, corro las cortinas dejando una penumbra que permita a mis ojos acostumbrarse a la oscuridad del mundo, todo parece más real ahora. Mi esfinter me llama, voy al baño, meo. Me miro en el espejo, me aborrezco, me lavo la cara, como buscando una excusa para mi descuidado aspecto. Palpo mi barbilla, árida como un desierto con sus cactus, pincha. Ya me afeitaré más tarde, o no, ¿qué importa el aspecto cuando tus fantasmas y tus miedos te obligan a llevar una máscara y un disfraz? Enciendo un cigarro, me deleito con las espirales de humo que gatean hacia mis pulmones, en ese éxtasis no me importa que el sol acaricie mi cara, me acerco a la ventana. Veo una pareja paseando cogidos de la mano, haciéndose carantoñas, desvío la mirada, observo niños jugando felices, me revuelvo, reparo en dos chavales de unos quince años, con las mochilas escolares a la espalda, porro en mano, volviéndose adultos al ritmo de sus caladas, deseo matar y vomitar. Apago el cigarro, me dirijo al armario, observo su desnudez, sólo hay ropa de trabajo. En mi embelesamiento la cólera del mundo abre la puerta de mi habitación de una patada y se personifica en un muro negro, con más ladrillos en los brazos que yo en todo el cuerpo, me asombra, mala señal, en efecto el primer puño me golpea en el torso, obligándome a escupir sangre y lanzándome sobre la cama, pero logrando un grato efecto, el dolor me despierta, activa mi cerebro, estoy atrapado como un ratón en su jaula y necesito una salida. Me limpio las comisuras de los labios en un intento de parecer entero. Le lanzo la lámpara de la mesita de noche a la cara sin darle tiempo a reaccionar, aprovecho su descuido para correr al baño, cierro la puerta y echo el pestillo. Acabo de ganar unos quince segundos hasta que esa mula tire la puerta. Me preparo, me agazapo a pocos metros de la puerta, los justos para no ser golpeado cuando el brutal impacto de un mazo hecho de carne la haga pedazos, aún no he acabado de pensar esto, cuando la puerta queda convertida en metralla, me apoyo en el caos de astillas y serrín y me abalanzo sobre lo que el mundo consideró traerme el desayuno a la cama. Salto sobre su pecho, él aún está confuso, sin pensármelo dos veces, le afeito de un modo muy poco considerado, directo a la yugular y sin espuma, procurando cortar lo máximo posible. Los estragos de mi hazaña Davidiana no se hacen esperar, el animal se revuelve, me arroja contra el armario, destrozándonos. Su sangre comienza a llenar dos cosas: mi habitación y su furia. Ruedo justo a tiempo de ver como se estampa sobre los restos de mi maltrecho y amado armario. Respiro aliviado por un momento, parece que no va a levantarse, me equivoco, un giro y un posterior puño bastan para lanzarme sobre más mobiliario, esta vez el váter. Mi espalda se ve surcada por regueros de agua y orina, escuece, se refresca, odia. Me levanto como puedo, mi oponente espera cansado, de pie ante mí, como un coloso harto de aguantar su tamaño, seré compasivo. Cojo un trozo de cerámica, me acerco despacio y tranquilo, él cae de rodillas, como suplicando una ejecución rápida, se la doy.
Miro el paraíso postholocaústico de mi habitación, me gusta, pero no puedo quedarme. Sangro, voy al baño, limpio y curo las medallas con las que el mundo me obsequia hoy, será un día más duro, tengo la espalda y la mano derecha perdiendo vitalidad a cada segundo, las vendas y el alcohol ayudan. Me visto, poniéndome por último el sombrero que corona mi disfraz, la máscara viajará en un bolsillo, esperando su momento de enfrentarse a la cruda realidad una vez más.
Bajo al bar:
-Chill, ¿qué te ha pasado?
-El odio de la sociedad embriagada por su felicidad.
-Siempre se me olvida que es mejor no preguntarte.
Deposita el café enfrente de mí, podría decir que es el único amigo que tengo, pero no quiero pensar. Enciendo un cigarro más y me pierdo en los remolinos que la cucharilla crea en ese negro acuario. No puedo evitar pensar. Ningún sitio ha sido seguro para mí nunca, hace un rato han mancillado mi último refugio. El café resulta adverso a su propósito, me duerme, me desvanezco, descanso...
jueves, 11 de septiembre de 2008
TESTIGO
-Por favor, cíñase a los hechos.
Disculpe, entienda que a mi edad es fácil derivarse en cosas que para usted pueden parecer banales, pero algún día verá lo hermoso de lo que le relataba. Bueno, volviendo a lo que usted llama "los hechos", yo estaba allí sentado, con mi pajarita, mi clavel en el ojal, mi camisa blanca, impecable, recién planchada y mi traje de chaqueta marengo, porque el marengo es un color que se puede distinguir del gris y del negro,¿sabe? Hum, creo que esos detalles no le interesan. Pues el caso es que yo estaba allí sentado, esperando a ese ángel del que le hablaba antes y entonces entró en la cafetería un tipo un tanto extraño, llevaba sombrero de copa, amplio y espeso bigote, un hombre alto y corpulento, quizás 1'90 de altura y de complexión realmente fuerte, diría que estaba hasta ridículo con ese sombrero, pantalones de raso y gabardina abrochada, pidió un café solo doble, sin azúcar y parecía hablar consigo mismo, farfullando todo el rato entre dientes. Se acabó el café y fué hacia el baño, alrededor de un par de minutos después el tipo volvió, pago con un billete de cinco euros y dejó la vuelta de propina, se abrió la puerta de la cafetería y entonces sucedió todo, los metales se doblaron, los cristales estallarón, el café hirvió, las gentes lloraron, pero todo parecía pasar a cámara lenta, la metralla acudía despacio a la llamada de la carne que debía herir, como si buscara la mejor forma de penetrar en nuestros músculos, era espeluznante. Y eso es todo lo que puedo contarle.
-Lamento decirle que no puedo creer su testimonio y los detalles que da, es usted ciego.
Eso es lo que usted ve de mí, pero los ojos del alma ven más allá que los suyos y sé que a usted también le duele que su ángel haya volado y no tener alas para perseguirle, pero, ¿sabe cuál es el detalle que más me duele desconocer? Jamás sabré si mi ángel estaba allí velando por mí y fue aplastado por la explosión de mis sentimientos. Ahora déjeme, quiero viajar tranquilo...
miércoles, 10 de septiembre de 2008
ANOCHE
Me calo el sombrero, la lluvia me sana y me molesta por igual, enciendo otro cigarro para compartirlo de nuevo con el aire que refresca mis maltrechos pulmones y que más tarde ayudará al humo a acomodarse en ellos. Compruebo una vez más que todo está en orden, lo está. Avanzó despreocupado y sin miramientos hacia el final, apuro lo que queda de mi tabaco, me intoxico por última vez sintiendo ese delicioso alquitrán penetrar en mi organismo. Consulto mi reloj, soy más exacto que él. Abro la puerta, aspiro el aire denso y turbio del lugar, huele a pecado, a lascivia, a perversión, a alcohol, a tabaco, a drogas, a sudor, a vomitonas, a felicidad, a buenos momentos, a grandes amistades, a amores eternos, a música, el estómago se me da la vuelta. Ahora soy más consciente de mi misión en el mundo. Cierro los ojos un momento y en una fracción de segundo recibo el primer botellazo en la cabeza, me giro, cierro los puños y golpeo a mi agresor con contundencia tumbándolo de un único y seco golpe. Le cojo, le levanto y lo uso de parapeto humano. Como imaginaba sus "amigos" no tienen reparos en disparar contra él con tal de matarme, ruedo hasta la barra, será mi trinchera una vez más. Cojo una botella de bourbon, la pruebo, me regodeo en su áspero sabor, acto seguido saco mi pañuelo del bolsillo, lo introduzco por el cuello de la botella dejando parte de la tela por fuera, saco mi mechero, le prendo fuego y lanzó el cóctel infernal por encima de la barra, se oyen gritos, disparos, pasos acelerados y en décimas de segundo una explosión sacude la sala, entonces los gritos se confunden con el crepitar de la carne quemada. Saco mi escopeta de la espalda, me levanto tras la barra sin pensármelo, si he de morir, moriré matando. Mi primer objetivo es la maldita gramola del fondo del bar, odio la canción que está sonando, el segundo disparo se lo dedico a un granuja que salía del baño subfusil en mano, con unas intenciones probablemente dañinas para mi persona, le acierto de lleno, sus vísceras decoran ahora las paredes y a parte de sus compinches. Aún me quedan cinco disparos y ellos son siete, bueno, puede que muera hoy, así que ¿por qué no derrochar? Cinco tiros, cinco cadáveres más. Ahora quedan dos, uno con una pistola y el otro con un taco de billar, el del billar no es problema, pero el de la pistola parece saber lo que hace, apunta con calma, entonces le lanzo mi escopeta a la cara con la intención de desequilibrarle y hacerle errar el tiro, lo consigo, es mío. Me abalanzó sobre él antes de que pueda reponerse del escopetazo y le parto el brazo con el que empuña el arma, me la quedo, le pego un tiro al pertiguista del billar que venía a vengar a su amigo, luego le vuelo la cabeza al último superviviente. Odio mancharme de sangre, la casquería se quita rápido, pero la sangre cuesta más.
Voy al baño, me quito la máscara, me cuesta respirar, vomito. Limpio la máscara. Entro a mear. Oigo como se abre la puerta del baño y unos pasos de tacón, sigo orinando. La puerta de mi váter se abre y allí aparece ella, virginal, puta, soberbia, humilde, grandiosa, asquerosa, bella. Es la misma imagen de Afrodita y yo un pobre iluso. Me apunta con su magnúm y siento los tiros antes de que apriete el gatillo, mi pecho está en llamas, recibo la primera bala y es indolora, recibo seis más, todas igualmente inocuas. Ella se va satisfecha de su trabajo, yo me voy, satisfecho del mío, orgulloso de haber muerto de amor antes de recibir siete balazos.
Despierto sudoroso y sobresaltado... Espera, ¿sudan los muertos?
martes, 9 de septiembre de 2008
lunes, 8 de septiembre de 2008
SKA SKA SKA!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!
RUDE BOY DREAMS
domingo, 7 de septiembre de 2008
Zíngaros
viernes, 5 de septiembre de 2008
Microrrelato
Un profesor, delante de sus alumnos de la clase de filosofía, sin decir ni una palabra, cogió un bote grande de vidrio y procedió a llenarlo con pelotas de golf. Después, preguntó a los estudiantes si el bote estaba lleno. Los estudiantes estuvieron de acuerdo en decir que sí. El profesor cogió una caja llena de perdigones y los vació dentro del bote. Estos llenaron los espacios vacíos que quedaban entre las pelotas de golf. El profesor volvió a preguntar de nuevo a los estudiantes si el bote estaba lleno, y ellos volvieron a contestar que sí. Después, el profesor cogió una caja con arena y la vació dentro del bote. Por supuesto que la arena llenó todos los espacios vacíos. El profesor volvió a preguntar de nuevo si el bote estaba lleno. En esta ocasión los estudiantes le respondieron con un sí unánime. El profesor, rápidamente añadió dos tazas de café al contenido del bote y, efectivamente, llenó todos los espacios vacíos entre la arena. Los estudiantes reían. | |
Cuando la risa se fue apagando, el profesor les dijo: "Quiero que os fijéis que este bote representa la vida. Las pelotas de golf son las cosas importantes como la familia, los hijos, la salud, los amigos, el amor, cosas que te apasionan. Son cosas que, aunque perdiéramos el resto y nada más nos quedasen estas, vuestras vidas aún estarían llenas. Los perdigones son las otras cosas que nos importan, como el trabajo, la casa, el coche... La arena es el resto de las pequeñas cosas" Continuó diciendo: "Si primero pusiéramos la arena en el bote, no habría espacio para los perdigones, ni para las pelotas de golf. Lo mismo sucede con la vida. Si utilizáramos todo nuestro tiempo y energía en las cosas pequeñas, no tendríamos nunca lugar para las cosas realmente importantes. Presta atención a las cosas que son cruciales para tu felicidad. Ve con tu pareja a cenar, juega con tus hijos, concédete tiempo para ir al médico, practica deporte, disfruta con tu afición favorita..." .. y terminó con: "Siempre habrá tiempo para limpiar la casa, para reparar la llave del agua. Ocúpate primero de las pelotas de golf, de las cosas que realmente te importan. Establece tus prioridades, el resto solo es arena". | |
Uno de los estudiantes levantó la mano y le preguntó qué representaba el café. El profesor sonrío y le dijo: "¡Me encanta que me hagas esta pregunta!. El café es para demostrar que aunque tu vida te parezca llena, siempre hay un lugar para dos tazas de café con un amigo." - Anónimo |